4/11/07

El Poder Psiquico De Los Genes


Desde hace más de treinta años los investigadores tratan de relacionar los mecanismos moleculares y las mutaciones genéticas con las patologías de la conducta. Se ha tenido por cierto que la transmisión de perturbaciones psíquicas corrientes refleja la acción combinada de uno o varios genes y de factores del ambiente.

De allí la importancia de las posibilidades que ha abierto al estudio de la conducta humana la secuenciación del ADN y la identificación de todos sus genes emprendida por el Proyecto del Genoma Humano. La secuenciación de todo el genoma humano permite que se identifiquen los genes y las proteínas asociadas que controlan la conducta.

Las investigaciones recientes han logrado identificar, por ejemplo, genes vinculados a la susceptibilidad a enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia y la depresión.

Otros fascinantes resultados de investigación reportan el hallazgo de numerosas huellas de virus y otros elementos de ADN extraños que se han insertado dentro del ADN humano a través de milenios. Se ha mostrado que aproximadamente la mitad de estos genes se manifiestan en el cerebro, por lo que son potencialmente relevantes para las enfermedades psiquiátricas.

Se piensa que los genes intervienen también en enfermedades neuróticas de menor gravedad, como la depresión benigna y la ansiedad y en alteraciones de la infancia tales como la hiperactividad y las dificultades de lectura.

Así mismo, rasgos de la personalidad como la extroversión y el carácter neurótico, y hasta las facultades cognitivas pueden tener una fuerte influencia genética.

De manera que los prodigiosos avances del Proyecto del Genoma Humano auguran que mas pronto que tarde conoceremos buena parte de la base genética de las enfermedades y desajustes mentales más comunes.

Se espera así que la identificación de los genes de predisposición mejore la comprensión de anomalías tales como las perturbaciones del desarrollo y el comportamiento en los niños, el alcoholismo, la dependencia de las drogas y las dificultades para el aprendizaje.

Quedan también abiertas la puertas para el logro de un alto rendimiento cerebral gracias a la posibilidad de alcanzar un funcionamiento biológico molecular y proteico óptimo de las neuronas.

La contundente demostración del poder psíquico de los genes arroja también nuevas luces acerca del viejo debate “Cultura vs. Naturaleza”, sobre lo moldeable y lo innato en el desarrollo de los seres vivos.

Todo indica que fuerza tanto lo que natura da como lo que Salamanca presta.

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