19/11/07

La Revolución Nanotecnológica

La revolución tecnológica de lo super pequeño, la nanotecnología, ya está con nosotros. Un conjunto rápidamente creciente de empresas especializadas en nanotecnologías ofrecen nuevos materiales para una amplia variedad de aplicaciones que van desde nanotubos de carbón y nanomateriales para aplicaciones médicas avanzadas, hasta un relativamente sencillo desinfectante.
La nanotecnología es la ciencia de lo super pequeño. Su nombre viene de una unidad de longitud inimaginablemente pequeña - el nanómetro - que es igual a una milmillonésima de metro (una parte de un metro dividido en mil millones de partes iguales). Es una dimensión apropiada para el mundo atómico y molecular; así, el átomo más pequeño, el de hidrógeno, mide transversalmente un décimo de nanómetro, una molécula de azúcar -un nanómetro, y la partícula de un virus -unos 50 nanómetros.
La nanotecnología explota el hecho de que al disminuir las dimensiones de la materia a decenas de nanómetros o menos, los efectos cuánticos comienzan a hacerse sentir y las propiedades ópticas, eléctricas o magnéticas de las sustancias pueden cambiar significativamente. Las nanopartículas de oro, por ejemplo, pueden ser rojas, azules o del color habitual, dependiendo del tamaño que tengan. Este hecho era ya conocido y utilizado por los vitralistas de la edad media.
Así mismo, una reacción química puede aumentar extraordinariamente su eficacia y rapidez si en lugar de usar las sustancias en forma de polvo o gel, se recurre a nanopartículas de los químicos.
Los avances hechos en diversos laboratorios del mundo hacen muy probable que dentro de pocos años la nanotecnología sea predominante en nuestro entorno cotidiano. En unos 10 años el ancho de los cables de un chip puede reducirse, de 100, a unos 10 o 15 nanómetros; y baterías que se carguen en dos minutos pueden estar pronto a disposición de los usuarios. Con nanotubos de carbón se espera fabricar objetos hasta 100 veces más fuertes que el grafito normal, que es ya más fuerte y liviano que el acero, y la nanotecnología de puntos cuánticos está por ofrecernos un nuevo y eficacísimo bombillo.
El famoso físico norteamericano Richard Feynman fue quién dio inicio a la escalada nanotecnológica cuando, hace unos 45 años, hizo la observación: “¿Por qué no podemos escribir los 24 tomos completos de la Enciclopedia Británica en la cabeza de un alfiler? Los principios de la física, hasta donde podemos juzgar, no se oponen a la manipulación de las cosas átomo por átomo”

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