23/11/07

Mito, Religión y Ciencia


Sur América, Siglo XIV:
La mitología Guaraní advierte que en un tiempo indeterminado del pasado el Dios Supremo, Ñamandú hace surgir su propio cuerpo en medio de un resplandor, a partir del caos originario. Luego crea a los cuatro dioses: Ñamandú, dueño de las palabras; Karaí, dueño del fuego solar; Jakairá, dueño de las tinieblas, y Tupá, dueño del agua y del relámpago. Ellos lo ayudarán a comenzar el universo.
Irlanda. Año 1611:
La voz clara e inteligible del Arzobispo James Ussher resonó cóncavamente al anunciar que el universo tuvo su comienzo el jueves 26 de octubre del año 4004 A.C. a las nueve de la mañana. A una impertinente pregunta acerca de la ocupación de Dios en los momentos previos a la creación, la voz atronadora de Ussher dio a entender que Dios creaba los infiernos para los que formulaban esas preguntas.
Años dos mil y tantos:
Los científicos nos informan que nuestro universo tuvo su comienzo en un evento singular del cual emergió toda la materia, radiación, y el propio espacio y el tiempo, hace 13,7 millardos de años. Es el big-bang, el más violento parto del que se tenga noticia. En sus primerísimos inicios la materia y la radiación compactada a enormes presiones y temperaturas descomunales se expandía con violencia. Se fraguaron los constituyentes de los núcleos atómicos y a medida que el universo se enfriaba debido a la expansión, los procesos se fueron haciendo menos energéticos. Aparecieron los protones y neutrones, luego los núcleos de helio. Cuando transcurrieron unos 300.000 años se formaron los átomos. La materia, libre del efecto perturbador de la radiación comenzó a aglomerarse por atracción gravitacional y a formar estructuras más complejas como estrellas y galaxias. En los centros de las estrellas el hidrógeno originado en el big-bang se convierte en combustible nuclear donde se cocinarán lentamente, durante miles de millones de años, núcleos más pesados. Cada átomo de oxígeno, nitrógeno o hierro del universo ha sido fabricado en las estrellas. Alrededor de una de esas estrellas, en uno de sus planetas, en un ambiente hospitalario, los átomos formaron moléculas complejas que dieron lugar a vida que eventualmente intentaría reconstruir toda la historia creando mitos, religiones y ciencias.
Cada uno de ellos, a su modo es un esfuerzo por entendernos a nosotros mismos y nuestro lugar en el universo, y no morir en el intento.

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