24/11/07

Nicolás Bourbaki: Un Matemático Policéfalo


A finales de los años treinta, la revista de la Academia de Ciencias de Paris publicó una nota de matemática firmado por Nicolás Bourbaki, miembro de la Real Academia de Poldevia. Poldevia no existía, ¿se trataba de una broma? ¿Quién era entonces Nicolás Bourbaki?
Su nombre es griego, su nacionalidad francesa y su historia es curiosa. Es uno de los matemáticos más influyentes del siglo XX. Existen muchas leyendas acerca de él, y cada día hay más. Casi todos los matemáticos conocen sus historias y probablemente han inventado también alguna. Sus trabajos se leen y se citan extensamente en todo el mundo. Existen jóvenes en Río de Janeiro cuya educación matemática ha sido basada casi enteramente en sus trabajos y existen famosos matemáticos en Berkeley y en Göttingen que piensan que su influencia es perniciosa. Tiene partidarios fervientes y detractores vociferantes en la comunidad matemática. El hecho más extraño sobre él, sin embargo, es que no existe.
Así escribió el matemático Paul Halmos en 1957.
En un café de Paris, cerca de la Sorbona, un grupo de jóvenes matemáticos, irreverentes y brillantes, graduados en la Escuela Normal Superior discuten la posibilidad de escribir un nuevo texto de Análisis Matemático.
De estas reuniones surge el ambicioso proyecto de escribir toda la matemática de una manera rigurosa y precisa, ya que han concluido que todo lo escrito está en cuestión.
Se deciden por un trabajo colectivo firmado con el seudónimo de Nicolás Bourbaki.
La Segunda Guerra Mundial interrumpe su labor, algunos de sus miembros parten al frente, otros al extranjero.
El grupo Bourbaki reaparece al final de la guerra y se vuelve un grupo de trabajo constante. Hacen reuniones anuales en lugares agradables y rociadas de abundante vino. La condición es ser menor de 50 años de edad y no hay ninguna regla para la discusión.
El resultado es 20 volúmenes donde son desarrollados minuciosamente distintas áreas de la matemática. No es precisamente la pedagogía lo que los motiva, no hay un solo gráfico en toda la obra. Es sobre todo el rigor: una muestra de esto es su definición del número “1”. Dedican casi doscientas páginas a la preparación de la definición misma.
Nicolás Bourbaki existió, como matemático de varios cerebros, no siempre los mismos, pero siempre jóvenes, siempre brillantes. Una ingeniosa burla que engrandeció a la matemática universal.

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