19/11/07

¿Tiene El Petróleo Sustituto?

Dos grandes problemas amenazan a la humanidad a comienzos del siglo XXI: la contaminación ambiental con su impacto sobre los cambios climáticos, y el agotamiento de las fuentes de hidrocarburos, el combustible principal de nuestro parque automotor, nuestras industrias y nuestras ciudades.
Desde los laboratorios de investigación y desarrollo se abre paso a lo que podría ser una considerable contribución a la solución de ambos problemas: la pila de combustible.
Se trata de un dispositivo, un reactor electroquímico, en el que la energía química se convierte directamente en electricidad, tal como sucede en el reactor común que es la batería recargable que usamos en nuestros automóviles. La diferencia consiste en que, en la batería, la energía química de los materiales que forman los electrodos se convierte en electricidad, cuando ésta se agota, hay que recargarla. Mientras que en la pila de combustible la energía química se obtiene de una sustancia que suple al reactor desde afuera.
La mayoría de las pilas de combustible en uso utilizan hidrógeno y oxígeno que toman del aire. Ellas convierten el hidrógeno y el oxígeno en agua, y en este proceso producen electricidad, utilizable para realizar un trabajo, tal como mover un motor eléctrico.
La transformación directa de la energía química del combustible en energía eléctrica tiene dos ventajas fundamentales. La primera es que la utilización de la energía química del combustible puede alcanzar eficiencias del orden del 70%, superando ampliamente la de los motores de combustión interna que apenas alcanzan un 20%. La segunda es que la pila de combustible no contamina, pues sólo produce agua.
El uso masivo de las pilas de combustible se topa todavía con varios importantes escollos, tales como el elevado costo de los materiales utilizados en su construcción y el difícil manejo del hidrógeno. Se ensaya con pilas que usan combustibles más manejables, como algunos hidrocarburos y alcohol. Pero la conversión final de éstos en hidrógeno, siempre requerida, baja significativamente la eficiencia de la pila.
Hicieron falta muchos años para que la “batería de gas”, construida por el jurista y físico inglés William Grove en 1839, hallara un uso práctico. Sin embargo, hoy en día su utilización es ya una realidad que se desplaza por algunas de nuestras ciudades. Aunque con carácter de demostración, un buen número automóviles y autobuses movidos por pilas de combustible ruedan por las calles de varias ciudades de Norteamérica, Europa, Japón y Australia.

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